Somos lo que comemos. ¿cuántas veces has escuchado esto?
Definitivamente tengo que empezar con una anécdota obligada que muchos de ustedes ya conocen o han escuchado pero es relevante al tema.
Yo tuve muchos problemas de salud y traté de superarlos con medicina convencional viví 20 años con antibióticos se complicó el cuadro busqué medicina alternativa y nada funcionaba.
Muchas veces me pusieron a dieta y aprendí mucho acerca de nutrición, hice dietas especiales muy estrictas, ahí fue cuando aprendí sobre la importancia de consumir productos orgánicos, de los suplementos y de mantener una alimentación saludable y balanceada.
Yo crecí como muchos mexicanos con la cultura de «mientras comas bien puedes comer lo que sea en la escuela» siempre y cuando llegues a casa aún con hambre y te comas tu bistec, los frijoles y sopa de fideos.
El menú en la escuela era: gansito, papitas con chile, frutsi o boing. Conforme mi enfermedad fue avanzando y yo fui creciendo me di cuenta de la cantidad de químicos y cosas nada saludables estamos acostumbrados a comer.
Y ya no les cuento cómo me fue en China, ninguno de los alimentos que yo consumía eran vigilados, todo lo que me prohibieron comer por mi enfermedad alla no me quedó de otra que comerlo.
Yo me decía a mí mismo… Si tenemos una Secretaría de Salud y un gobierno que nos cuida y que aseguran que las cosas que están en el mercado son buenas para nosotros. ¿por qué comemos todo esto?
Para mi todo esto fue muy revelador. Eduardo Osegueda
Actualmente hay numerosos estudios que demuestran que la alimentación es un pilar fundamental en la prevención de enfermedades. Se trata de uno de los factores más estudiados en enfermedades crónicas, aunque tampoco podemos olvidar el papel de la nutrición en el correcto funcionamiento del sistema inmunológico.
Estamos en una sociedad sobrealimentada y paradójicamente malnutrida, la OMS lo define como:
“La doble carga de la malnutrición”
Organización Mundial de la Salud OMS.
Tan perjudicial es el exceso de calorías y ciertos nutrientes (azúcares, sodio o grasas saturadas) como el defecto de vitaminas o minerales fundamentales para el metabolismo. La alimentación actual, rica en alimentos de escasa calidad nutricional y elevada densidad calórica, no aporta una nutrición óptima que favorezca el estado de salud natural del organismo.
Y entonces, ¿Qué comemos? ¿Qué tipo de alimentación me ayudaría a prevenir enfermedades y a favorecer el estado de salud general del cuerpo?
Hay tres pilares fundamentales que se deben cumplir en una alimentación saludable: natural, nutritiva, antiinflamatoria pero también, es importante la importancia de vivir en un entorno saludable, tener actividad física y un equilibrio emocional adecuado.
Son cosas que tienen que ir de la mano y que una no funciona si en la otra no hay un equilibrio.
Considero que la Prevención es lo más importante en este proceso:
Esto sólo lo logramos adquiriendo buenos hábitos alimenticios, trabajando con nuestra inteligencia emocional, fortaleciendo nuestra relación con nosotros mismos, haciendo ejercicio, manteniendo un equilibrio en todo nuestro entorno.
Te dejo algunas recomendaciones que ayudarán a tu rutina diaria:
- Haz 3 comidas al día con horarios regulares.
- Recuerda que el desayuno es muy importante.
- Bebe alrededor de 2 litros de agua simple todos los días.
- Realiza ejercicio por lo menos tres veces a la semana.
- Procura dormir el tiempo suficiente para sentirte descansado.
- Manten un peso saludable y adecuado a tu edad y estatura.
- Aumenta la cantidad de fibra en tu dieta.
- Prefiere cereales integrales, avena, cereales comerciales altos en fibra y enriquecidos con vitaminas y minerales, tortillas de maíz,pan integral y leguminosas.
- Consume de 2 a 3 raciones de frutas y verduras al día (de preferencia crudas y sin quitarles la cáscara, esto sieempre y cuando sean orgánicas).
- Elige productos lácteos bajos en grasa.
- Modera el consumo de carnes donde la grasa sea evidente a la vista, embutidos y productos ahumados.
- Cocina con menor frecuencia alimentos fritos, capeados o empanizados.
- Utiliza las grasas con moderación: mantequilla, manteca, mayonesa, aderezos, crema, aceite, nata, salsas cremosas, etc.
- Mide tu ingesta de alcohol.
- Disminuye el consumo de azúcares, refrescos, botanas, dulces y pastelitos (tartas, pasteles, donas, helados, nieves, galletas rellenas, cereales cubiertos con azúcar o chocolate, bombones, chocolates, mermeladas, botanas fritas).
- Limita el uso de la sal.
- Reduce el consumo de productos enlatados.
- Comer bien, naturalizar un menú variado y saludable en nuestro día a día y tener buenos hábitos, es construir una excelente barrera para prevenir enfermedades
Se lee difícil pero con disciplina y constancia, lo lograrás, lo mejor que puedes hacer es «empezar» en beneficio propio y de nuestros seres queridos.
¡Nunca es tarde para empezar!
